martes, 28 de noviembre de 2006

La Universidad de la comida rápida


La Ciudad Universitaria, además de concentrar gran parte del conocimiento e investigación que se genera en México, acapara, me atrevo a decir, la mayoría de la diversidad de alimentos "rápidos" que te puedes imaginar.
Hochos, hamburguesas, baguets, chapatas, bueno... hasta el milenario sushi se vende como lunch.
Este jueves que andaba por la Facultad de Ciencias vi a dos chicas con una paleta envuelta en chocolate y chispas. Había yo visto flanes, gelatinas, pasteles y panques de elote, pero no paletas con chocolate.
Cerca de la fuente de la facultad encontre a la distribuidora con su hielera, su latita de chocolate fundido y una bola de chavos con mata enmaraña alreddeor.
También vi pizzas individuales listas para comerse en su platito de cartón, con un toque de catsup cpmp si fuera un trazo de José Luis Cuevas.
Olí tacos y cuando volteé vi a una chica rubia sentada en una banca con tremendo charolón de tres tacos de bisteces con queso. Y flaca la niña...
No muy lejos de la banca de mi flaca amiga estaba el puesto de tacos con tres personas despachando tras una hilera de ocho cubetas con guisados y los alumnos arremolinados. alumnos de Biología, de Matemáticas, de Física.
Cuando llegué ala cafetería entendí en parte por qué la demanda de alimentos es tan alta... es un salón de con techo altísimo como para colgar candiles de palacio, pero el ambiente es más bien oscuro y denso, muy denso, como de un gas tóxico. junto a la caja percibí un cartel que decía "Comedores" con imágenes de la remodelación de éste y alumnos decorando con una cenefa formada por algún sello de motivo prehispánico.
Pero qué comen los universitarios, dije yo, comen hocho, pizzas, tacos de canasta, papas fritas.... y no son papas fritas infladitas cortadas con textura en zig zag, no son papas fritas apachurradas con signo sde calcinación, exprimidas tras haber sido unundadas en aceite... ésas son las papas que comen.
Cuando salgo por otra entrada de la Facultad de Ciencias veo un gran cartel con los resultados de una encuesta sobre el consumo de alimentos en esta escuela. Y no resulta difícil creer que más del 70 por ciento de los alumnos consume alimentos adentro de la escuela y otro gran porcentaje sabe que los envases y envolturas son productos reciclables.
Eso explica también la presencia de contenedores por toda la facultad para captar envases de unicel, plástico y PET.
Pero me sigo quedando con la cuetión de la derrama económica que deja además el vender comida no sólo en uan facultad, sino todos los negocios de comida que hay en CU.
Para ya no seguir hablando de la calidad de la comida, hablemos del estilo de despachar. La cafetería de la Facultad de Filosofía y Letras es digna de un cortometraje. S eme figura un reclusorio o algún lugar de reformación social aún no aprobado por Derechos Humanos. llegas con tu charola y mientras te sirven tu sopa de pasta, llega un cocinero con una cubeta, que antes fue de pintura, y vacia todo el arroz en la bandeja a baño maría de la barra.
Bueno... lo mismo hacen los del consomé de la Narvarte, pensé. y ya con mi charola vi que no había mesas así que me bajé a donde todos los demás iban con su charola. compartí una mesa en forma de corcholata de coca cola llena de caca de pájaros y entabllé conversación con un empleado del MUCA.
Con él aprendí que por 23 pesos no puedes pedir más...

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