lunes, 6 de abril de 2009

Hablando de la muerte

Estábamos hablando sobre la universidad y el derecho a la gratuidad que hay de la educación. Mathilde no podía concebir que en otros países ir a la universidad fuera sólo para los que tienen miles de dólares. La educación, como la salud, deben ser gratuitas totalmente, dijo la anfitriona gala en la cena. Nadia hizo referencia a que en México hubo tremendo paro en la UNAM, la principal universidad de México, por el intento de aumento de cuotas y señaló de paso que en EEUU algunos padres ahorran para el colegio de sus hijos apenas salen del vientre.
-¡Claro! como el seguro de gastos funerarios, replicó Almudena.
-¿Cómo es eso?
- Sí, mis padres le han pagado a mi hermana un seguro de gastos funerarios para el día en que muera, así esto no representará una carga para sus hijos.
Mathilde y Nadia se quedaron viendo la una a la otra. En México sí, hacemos ofrendas a los muertos una vez al año, pero de eso a pagar por el féretro y el hoyo en el que vas a acabar desde que naces, hay un ligero matiz de abismal diferencia.
-Pues mis padres aún le pagan el seguro a mi hermana menor para que cuando muera, no se tengan que preocupar por los gastos.
-¿Es caro?
-Pues no creo que que sea muy caro porque siguen pagando y si lo dejan de pagar, pues pierden todo lo que han dado estos años.
-Sí, supongo, es lógico. Mathilde buscaba a parte racional en todo aquello. Pero la explicación vino de la misma madrileña radicada en Francia.
-Supongo que antes era muy caro pagar un servicio funerario y por eso es que los padres pensaban en que cuando murieran, no iban a representar una carga para sus hijos. Así que ahora, apenas nacen, comienzan a pagar el seguro de su muerte
Mathilde dio el toque a la charla.
-Lo que no comprendo es por qué todos los ataúdes van acojinados y con terciopelo, como preocupándose de que el muerto esté cómodo. ¡Vamos, está muerto, no siente nada!
Y Nadia recordó que en los velorios es ilógico que la gente hable tan quedito. ¿Para qué? El muerto no va a despertar.

Los egipcios realizaban majestuosos rituales de preservación de los restos mortales de sus faraones y religiosos, Los acompañaban con animales momificados también y objetos que los ayudarían por la travesía en el inframundo.
Una momia egipcia yace ahora en una vitrina del Museo de Louvre. Es visitada y fotografiada por más de mil personas al día, incluyendo grupos escolares de educación elemental.

Entre los diversos puntos turísticos de París, están el Pantheón, donde yacen los restos mortales de Víctor Hugo, Voltaire, Rousseau y los grandes hombres que hicieron de Francia lo que es. En las guías turísticas aparece el cementerio de Père Lachaise, donde venden un mapa por dos euros invitando a visitar las tumbas de más de 100 personajes destacados como Edith Piaff, Jim Morrisson, Chopin, Oscar Wilde y Honoré Balzac.

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